Soy una profesional independiente y sé el esfuerzo que supone para un trabajador autónomo y para una pequeña o mediana empresa el invertir en servicios de estas características, de los que a menudo ni siquiera conocemos el valor real que aportan a nuestro negocio.

Son numerosas los casos de empresas que no otorgan a un servicio de traducción profesional el valor que realmente tiene, y que a menudo confían trabajos de traducción de gran responsabilidad (p.ej. ofertas para concursos, documentos de solicitud de subvenciones I+D+i, etc.) a empleados que tienen en plantilla y que supuestamente «saben» un idioma. Más frecuentemente de lo que se cree, muchas ofertas y acciones comerciales fracasan en gran medida por la falta de exactitud y de fluidez en el manejo del idioma y de la jerga técnica correspondiente, cuando no por faltas garrafales de gramática u ortografía (Sí, a pesar de los correctores y traductores automáticos, ¡y tal vez en ocasiones a causa de ellos!).

por eso me comprometo a preparar el presupuesto más ajustado posible a tus necesidades y a plantearte una fórmula de pago adaptada tanto al tipo de trabajo o servicio concreto que solicites como a nuestras necesidades comunes.